NATHALIE, VIENS Á MOI |
A una artista plástica latina en París. |
Nathalie, Nathalie. Ese exquisito nombre de mujer es una delicada puerta azul de dos hojas que se abren en el espacio de un cielo infinito; es el sonido dulce de la caída del agua.... ....es el batir de angelicales alas.... ....es, el repicar de alegres campanas que tañen lejanas.... ....que tañen lejanas. ¡Oh, ma dame so, artiste sublime d’ignotas fantaisie, viens a moi! (mi corazón sudamericano tiene un poderoso color púrpura de añejos óleos que se afanan). Sombra y luz, emergen desde la tela templada, como si de un pequeño cosmos, de suaves y definidos pictogramas, se prendieran mágicos astros por la mañana; tus manos creativas y ansiosas, los trazan. Los inigualables paisajes de Oriente, en tus pinceles se desplazan. Nathalie, Natalie. Los colores se deslizan por el blanco lienzo y explotan con suma gracia; la incandescente luz de un sol de fantasía, entre la tupida flora se desparrama. L’amour toujour arrive, dans des circonstances rares et extrange; ¡Que lejos está París!.... ....imaginaria amada mía.... ¡Que lejos está Paris! Nathalie, Nathalie, Mis versos son pálidos y afables viajeros de la luz, que en el puerto de Tolouse sus frases hispanas, te llaman. ¡Todavía sigue lejos París!. |