Lcdo. Martín Zambrano A.
Solo en Latinoamérica se puede expresar con pasmosa liberalidad ese nefasto fenómeno de falta de identidad nacional que nos oprime y desubica, por ello no es nada raro que se hable a favor -principalmente- de EEUU como si fuere nuestra capital administrativa política. Posiblemente el snob “aniñado, amanerado o in”, de una clase social adaptada a los modismos monárquicos, aburguesados u oligarcas de aquellos sistemas políticos colonizadores que nos han gobernado durante más de quinientos años a través de un terrible genocidio étnico, sea la fastidiosa heredad y el estereotipo de las conductas de la oligarquía rancia, de los nuevos ricos del Ecuador e, incluso, de una “clase media” alucinada por plutocráticos anhelos; es como graficar al peón abusado que se convierte en capataz y se olvida de sus raíces étnicas y sociales.
Hoy por hoy, pese al desastre económico que ha debilitado a la poderosa estructura del imperialismo capitalista, una notable población latinoamericana aún sigue clamando y fantaseando con convertirse en ciudadano norteamericano o intentando norteamericanizar al Sur; pues, en la mente lacónica hispana EEUU representa un escenario de riquezas sin par o el individualismo liberal económico y explotador en su máxima expresión. Es decir, la existencia imperial del neoliberalismo, el perfecto sistema político de los sabidocratas como escuché decir a un sabidocrata de mi localidad.
Es preocupante que muchos de los ecuatorianos sigan defendiendo con marcada y necia tenacidad aquellos conceptos testaferros de un sistema que crea riquezas como desgracias insólitas; de un sistema que no se compadece del semejante sino cuando el discurso hipócrita invoca a un Dios tan falso como ellos y no a aquél que es pura bondad, solidaridad y amor para el semejante. Para ellos el socialismo no es más que un sistema que oxida la rueca que recoge agua para su molino.
Cualquier interés pro-imperialista -de los latinos yunaizados- expresado más allá de los principios de la CULTURA GENERAL a si es Obama o McCain el nuevo presidente de la YUNAI ESTEI, no tiene voto dirimente, pues el imperio ya tiene definida –sin nuestra individual o particularizada y bufa preocupación- la parte de la torta planetaria que le corresponde a sus intereses económicos.
En el caso de Obama, ni su etnia o sus supuestas tendencias “dizque” izquierdistas podrán poner en peligro a la perfecta estructura política de dominio mundial ya establecida, pues en el caso de los EEUU no es el hombre sino el molde imperialista el que impera. Y a fin de cuentas, en el país “más democrático” del mundo parece que no hay ni habrá espacio político para un afroamericano como Obama –espero no equivocarme-, y no sería nada extraño ver al ario McCain, en el futuro, dirigiendo a la Casa Blanca con o sin la ayuda –pero con la alegría idolatra- de los Yunaicitos o de los flemáticos y fanáticos Yunaizados.