ENFERMA VANIDAD
Enferma vanidad que, para sí, alaba,
todo defecto mordaz cual maravilla,
pero que al don de la virtud menoscaba,
y hiérelo con el metal de su rencilla.
Triste vanidad que al corazón agrava
y córtalo en pedazos cual cuchilla;
triste, porque loca de su ira se traba,
y en el lodo de su odio se mancilla.
Pobre vanidad que, de sí misma esclava,
alardea de su indómita arcilla;
pobre, porque contra sí misma se deprava
y así misma ignora que se humilla.
ELEGÍA PASIONAL
Mira, mujer, si es pretenciosa
la ilusión del albedrío
que hace mentir al corazón
en el calor de los abrazos;
Si, ayer, tu voz temblorosa
repetía ¡Dueño mío¡;
yo, entonces, loco de emoción
te estrechaba entre mis brazos.
Más, Oh, fémina vanidosa,
de aquél platónico amorío
y de ese flama de ilusión,
solo queda un corazón hecho pedazos.